jueves, 8 de mayo de 2008

Madre, rostro de Dios y fuerza del Espíritu

El Domingo 11 de mayo estaremos celebrando la Solemnidad de Pentecostés y el Día de la Madre. Dos fiestas que coinciden no sólo en el calendario, sino "en el sentido".
El Espíritu Santo, según palabras de San Agustín, es el que "une y abre" en el misterio de la Trinidad y en la vida y misión de los cristianos.
Une de tal manera que se convierte en la fuente de la comunión entre el Padre y el Hijo; Une a Dios con el hombre en el misterio de la encarnación al descender su sombra sobre la Virgen María; Une a los apóstoles y discípulos dispersos por el escándalo de la cruz; Une en la oración a la primera comunidad de creyentes en un solo corazón y en una sola alma...y nos Une siempre y en todas partes: Nos une interiormente, obrando en cada uno la unificación interior, que nos vuelve al centro de nuestra existencia; nos une en la Iglesia en la diversidad de carismas y ministerios; nos une en la diferencia de estilos y de opciones pastorales.
El Espíritu que une es quien nos Abre al otro, como abre al Padre y al Hijo en la relación de reciprocidad y gratuidad entre ellos; Abre al mismo Dios Trino al amor de la humanidad; y Abre a la Iglesia, que es su sacramento, a la misión universal. Así nos abre a la donación, a la entrega, al servicio solidario, a la escucha, al perdón. Nos ayuda a vencer nuestros "ensimismamientos", nuestras "cerrazones". El Espíritu rompe murallas y tiende puentes. El Espíritu nos ayuda a vencer tantos temores, como en los primeros cristianos el día de Pentecostés.
Y ¿qué hace una Madre sino UNIRNOS en el amor de la familia y ABRIRNOS al amor y a la entrega? Ella que nos concibió en su propio cuerpo, en una hermosa y misteriosa unidad, no nos retuvo para sí: nos lanzó a la vida y al mundo. En mi experiencia, y sé que en la de muchos hijos, la madre ha sido "centro de unidad y de encuentro". Su ausencia deja un vacío difícil de llenar, porque es un ministerio propio de su maternidad. ¡Cuánta capacidad para unir a los hijos, diferente cada uno! ¡Cuánta capacidad para unir en la lucha frente a la adversidad! y ¡Cuánta capacidad la suya de abrir las puertas de su casa y de su hogar para que entre quien quiera entrar: los yernos y las nueras, los nietos, los amigos!
El Espíritu Santo es DON...nuestras madres también: el don de la unidad y de la gratuidad.

lunes, 5 de mayo de 2008

DOMINGO

6 de mayo: FIESTA EN LA TIERRA Y EN CIELO porque un adolescente que ha sido reconocido como santo. La iglesia lo aplaude de pie. (Ahora, ya que en algunas oportunidades se resistió a canonizar a niños o jóvenes ya que no creía que ellos sicológica, humana o espiritualmente eran capaces de alcanzar dicho estado.)

Domingo Savio fue un joven que vivió plenamente sus etapas y con orgullo reconoció sus virtudes y defectos. ¿Enorgullecerse de los propios defectos? ¿Un santo? Quizás sea la forma de agradecer a Dios la oportunidad de vivir para superar las dificultades y luego leer la propia existencia con amor y esperanza.

Domingo fue un joven enteramente libre: jamás se dejó llevar por los demás. Rezó, jugó, convocó, estudió y todo lo hizo con libertad y alegría. Fue el primero en rezar por su padre Juan Bosco cuando éste estaba mal o cuando la casa en la que vivían los jóvenes pobres pasaba por momentos de pobreza. No esperaba sólo las soluciones terrenas.

Siempre entusiasta, nunca le dio permiso a la tristeza y la mediocridad: todo debía hacerlo bien para sus amigos Jesús y María. Cada paso de su vida lo vivió grandemente: el nacimiento de sus hermanos, su primera comunión, las navidades, la pascua: para todo una fiesta, un pretexto para agradecer y homenajear a Dios: UNA RELACIÓN AMISTOSA GRATA Y CREATIVA.
Seamos santos como nuestro Padre es Santo y en el día a día, como se lo dijo el propio Juan Bosco: "SER SANTO CONSISTE EN HACER TODO LO QUE TE CORRESPONDE HACER EXTRAORDINARIAMENTE Y EN ESTAR SIEMPRE ALEGRE EN EL SEÑOR."
Domingo Savio no alcanzó la santidad, sino que Dios lo hizo santo, TAN AMIGOS LLEGARON A SER.
ERMITAÑO DDJ+

El Maestro

El Maestro
Anselm Grun, Monje y sacerdote benedictino alemán, nacido en 1945. Es doctor en Psicología, Teología y Ciencias empresariales. También es consejero espiritual y director de cursos de oración y meditación. Vive en la abadía de Münsterschwarzach (Alemania), de la cual es prior.

Nos escribió Anselm Grun, desde Alemania

Lieber P. Patricio!

Herzlichen Dank für Ihre Mail. Ich kann zwar spanisch lesen, aber nicht schreiben. Daher antworte ich auf deutsch.
Es freut mich, dass Sie gerne meine Bücher gemeinsam lesen und so eine neue Orientierung gefunden haben. Und es freut mich,dass Sie für Ihre Gemeinschaft den Namen „Kämpfen und Lieben“ gefunden haben. Mit diesem Titel habe ich ja ein Buch über Männer geschrieben. Ich weiß nicht, ob es schon ins Spanische übersetzt worden ist.

Ihnen und Ihrer Gruppe wünsche ich Gottes Segen für Ihren Weg und den Engel der Hoffnung als guten Begleiter.

Herzlichen Gruß

P.Anselm

Abtei Münsterschwarzach
P. Anselm Grün
Schweinfurter Straße 40
97359 Münsterschwarzach Abtei
Tel.: 0049 (0) 9324/20 230
Fax: 0049 (0) 9324/20 231
E-Mail: Anselm.Gruen@Abtei-Muensterschwarzach.de
Internet: http://www.abtei-muensterschwarzach.de/

Hemos traducido su respuesta de este modo:
¡Estimado P. Patricio!
Agradezco cordialmente tu correo. Puedo leer a españoles, pero no escribir. Por lo tanto contesto al alemán. Me hace feliz que lean mis libros juntos, con alegría, y que hayan encontrado una nueva orientación para sus vidas. Y me hace feliz que hayan dado a su fraternidad el nombre "luchar y amar". Con este título escribí un libro referente a hombres. No sé si fue traducido ya al español. Le deseo la bendición de Dios a tu grupo y el ángel de la esperanza como buen compañero.

La resurrección de cada día, de Anselm Grun

La resurrección de cada día, de Anselm Grun
El camino de la resurrección —que transitamos de modo específico durante los cincuenta días del tiempo pascual— es un camino que nos lleva hacia una vida cada vez más "vital", más libre y más feliz. El camino de la resurrección es un camino de sanación. Comienza en la vida que pugna por nacer en nosotros, en nuestras posibilidades y talentos, en aquello que Dios desea rescatar en nosotros. Por eso, puede ser recorrido no sólo en el tiempo pascual, sino durante todo el año. Siempre que una amenaza se cierna sobre tu vida, cuando la depresión o la desesperanza te acosen, medita sobre la resurrección. Así te volverás a conectar con la vida que supera a la muerte, que levanta de la tumba y rompe el letargo interior. Anselm Grün se adentra en este misterio y desgrana la enorme riqueza simbólica del tiempo de Pascua y sus fascinantes textos evangélicos. Con 50 impulsos y propuestas concretas, ayudará a que tu quehacer cotidiano brille con la luz de la resurrección.

Un libro para hombres...

Un libro para hombres...
Extraordinaria reflexión de Anselm Grun sobre la identidad masculina. Presenta 18 arquetipos bíblicos, a partir de los cuales ofrece una certera y lúcida meditación sobre la forma de "ser hombres" en el mundo de hoy. Un libro "sólo para hombres". Vale la pena leerlo.