El día de nuestro aniversario sacerdotal creo, debe ser un momento íntimo con el SEÑOR que nos regaló esta maravillosa forma de amar.
Ser sacerdote es una bendición misteriosa, imposible de describir... sólo se experimenta como muerte y resurrección diarias y con un gozo que NO ES DE ESTA TIERRA.
Bendecir, Ofrecer, Acoger, Animar y especialmente AMAR, son los verbos que un sacerdote cultiva en su vida ministerial.
Son los verbos que humanizan nuestro mundo y lo embellecen sin medida.
Para CRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE sean todos los honores!!!
ERMITAÑO DDJ +
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