He estado pensando en los muchos "bloqueos" que hacen más difícil mi camino, y en las piedras bajo las cuales se ocultan mis temores y mis dolores. Pero, sobre todo, pienso en las muchas experiencias de vida y resurrección que el Señor me ha regalado a lo largo de la vida.
Han sido, todas y cada una, un llamado del Amor a salir "fuera" de esos encierros, para respirar el aire limpio de la vida nueva. Esa fue la experiencia de Lázaro. El amor de Jesús lo sacó de sus oscuridades y lo condujo nuevamente al resplandor de la vida y al gozo de la amistad.
Esta mañana leía un texto de Anselm Grun que me sugirió esta reflexión:
En la historia de Lázaro, es el amor de Jesús el que penetra en el corazón del difunto Lázaro y lo despierta a la nueva vida. En la resurrección de Jesús, es el amor del Padre, quien le envía el ángel que hace rodar la piedra. El amor del Padre penetra hasta la oscuridad de la muerte, hasta la rigidez cadavérica, hasta la descomposición. El amor del Padre despierta al hijo. También está dirigido a nosotros. El Padre también nos enviará su ángel, cuando nos encerremos en la tumba de nuestros miedos e impedimentos. Su amor quitará la piedra que nos ata al sepulcro y nosdespertará a la nueva vida.
Esos "ángeles" tienen nombre y apellido en mi historia personal. Sus nombres los llevo escritos en el corazón, inmensamente agradecido por la luz que dejaron entrar en mi interior. Con ellos, que son "amigos, compañeros y hermanos" aprendí que la fuerza del amor es incontenible...aprendí que el amor sana, libera, levanta! LyA.
1 comentario:
Qué lindo! Qué lindo hacer este ejercicio sencillo de reconocer en los amigos y compañeros de camino,esas personas que iluminan...que quitan las piedras...que nos regalan libertad. Qué con hermosisimo el de los buenos amigos, que dan vida y nos ayudan a vivir una vida más plena!
Muy lindo el blog...
Publicar un comentario