Nuestra identidad requiere afirmar una de las verdades más hermosas que en Cristo se nos ha revelado: somos hijos e hijas amados profundamente por nuestro Padre Dios. El amor de Dios se derrama totalmente en cada uno de nosotros sin división. Hay un misterio de amor que sólo en Dios podemos comprender y es que cada uno de nosotros somos amados por el padre como si fuésemos sus predilectos. En cada uno se da esta parente contradicción, que sólo Dios se permite. Amarnos totalmente y de manera predilecta.
"Tu eres mi hijo amado, mi predilecto" (Mc 1, 10). Jesús es el amado de Dios, y por medio de Él nosotros podemos descubrir nuestra verdadera identidad: La identidad de ser "hijos amados".
Desde esta verdad nos ponemos en la presencia de Dios....
Juan, Discípulo Amado
2 comentarios:
Qué bien leerte en este espacio de crecimiento espiritual y sacerdotal!
Sigamos caminando juntos, ayudándonos a experimentar cada día y cada hora el amor inmenso de Dios por nosotros.
Esa predilección de la que hablas es el regalo más grande: TODO EL CORAZÓN DE DIOS PARA TÍ, PARA MÍ, Y PARA CADA UNO DE SUS HIJOS E HIJAS...¡Todo el corazón!
Qué bien leerte en este espacio de crecimiento espiritual y sacerdotal!
Sigamos caminando juntos, ayudándonos a experimentar cada día y cada hora el amor inmenso de Dios por nosotros.
Esa predilección de la que hablas es el regalo más grande: TODO EL CORAZÓN DE DIOS PARA TÍ, PARA MÍ, Y PARA CADA UNO DE SUS HIJOS E HIJAS...¡Todo el corazón!
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